Por Juan Damián
Tuve una oportunidad
de compartir con un grupo de jóvenes e hicimos el siguiente ejercicio.
Tome un billete
de $1,000.00 y pregunte quien tenía de .50 centavos. Un joven levanto su mano y
de inmediato le ofrecí cambiarlo. No lo pensó ni medio segundo y acepto de
inmediato. Cuál sería la sorpresa al ver que el billete era falso, y que por detrás
tenía una publicidad de un restaurante.
En ese momento
pregunte:
-“¿Cuánto dinero
tengo yo?”
Todos contestaron:
- “.50 centavos”.
-“¿Y cuanto tiene
el oven? ”, “Nada”
Todos nosotros
tenemos muchos tesoros preciosos que pueden ser nuestra vida, juventud,
familia, amigos o trabajo por mencionar algunas. Y muchas veces la
menospreciamos y cambiamos por cosas que nos llaman la atención y creemos estar
ganando mucho. De esta forma, el enemigo nos muestra cosas que no son más que “billetes
Falsos” y al final quedamos sin nada.
No cambies tus
tesoros por cosas vanas y sin sentido, valora en cambio lo que tienes y
agradece a Dios por ello, encontrarás el secreto de la verdadera felicidad.
Recuerda que rico es que tiene más, sino quien menos necesita para ser feliz.