Expande, Señor, mis horizontes mas allá de
lo que puedo ver. ¿Por qué no nos aventuramos a salir de nuestra zona de
confort? En algunos casos es por el temor al fracaso. En otros por no sentirnos
capacitados para tomar nuevas responsabilidades, o bien simplemente por falta
de ambición.
“Señor, tú me diseñaste con un propósito, un
plan maestro. Te doy gracias por los dones y habilidades que me has regalado.
Te ruego que me perdones pues no los he utilizado a su máximo potencial. Perdón
por decir “no” tantas veces y no dar lo mejor de mí. Incrementa mi visión,
horizontes y valor, para convertirme en la persona que tú deseas que sea.
“Te ruego que me des tu bendición y un
territorio muy grande… Y Dios le concedió lo que le había pedido.”
1 Crónicas 4:10b (DHH)