Muchas veces tenemos la intención de
trabajar solos, y de que debemos resolver los problemas por nosotros mismos, y
de que sólo debemos recurrir a Jesús cuando las cosas han llegado al extremo,
como en el caso de una enfermedad o una crisis económica. Jesús me acompaña con
su poder y su amor a lo largo de todo mi día. Él es capaz de cambiar el rumbo
de mi actividad y de toda mi vida. Él es Dios, Emmanuel, “Dios con
nosotros”.
“Ayúdame a reconocerte, Señor, en todas las
maravillas de la creación. Ayúdame a verte en mi vida cotidiana; a tenerte
presente en todos mis proyectos. Abre mis ojos; destapa mis oídos a tus
enseñanzas, dame sabiduría. Ilumina mi sendero con la luz de tu amor.”
“Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los
siglos.”
Hebreos 13:8 (LBLA)