viernes, 19 de octubre de 2012

¿CÓMO PODRÉ PAGARTE?




Señor, tú has hecho mucho por mí. ¿Cómo podré alguna vez pagarte? Quiero decirle a todo el mundo lo tierno y amable que eres. Cuando estaba enterrada en las arenas movedizas del pecado, me rescataste y pusiste mis pies en tierra firme, en un sólido fundamento. Ese Fundamento eres tú, Señor Jesús, la sólida Roca. 
Tú moriste por mí y me compraste por precio. Después de eso, me enviaste un Consolador para que me asegurase tu constante presencia: tu Espíritu Santo. Eres muy misericordioso al darme la vida eterna. No merezco tu amor. Me siento humillada hasta el polvo cuando pienso en tu compasión.
¿Cómo te pagaré todo lo que has hecho? Lo único que puedo ofrecerte es mi alabanza y mi adoración. Lo mejor que puedo darte es un corazón contrito de agradecimiento.

- «Fue mi mano la que hizo todas estas cosas;
-fue así como llegaron a existir —afirma el SEÑOR—.
-»Yo estimo a los pobres y contritos de espíritu, a los que tiemblan ante mi palabra».

 Isaías 66:2