miércoles, 12 de marzo de 2014

PRESTA ATENCIÓN A TUS PALABRAS



El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina.
—Proverbios 13:3


Estoy convencido de que, por ignorancia, los creyentes tienden a vivir por debajo del estándar que Dios ha ordenado para sus hijos. No sabemos que nuestras declaraciones y decretos diarios tienen el poder de alterar nuestros destinos y cambiar la calidad de nuestras vidas. Como dijo Santiago: "Todos fallamos mucho. Si alguien nunca falla en lo que dice, es una persona perfecta, capaz también de controlar todo su cuerpo" (Santiago 3:2). Si controlar tus palabras hace que guardes tu vida y crezcas en madurez, imagina lo que sucede cuando no cuidas tus palabras.