I Corintios 8:19-20
19- ¿O ignoráis que vuestro cuerpo
es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
20- Porque habéis sido comprados
por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu,
los cuales son de Dios
1 Corintios 6:19-20
nos da un recordatorio amistoso acerca de la importancia de no solo renovar el
interior, sino también el exterior. Piénselo por un momento. Nuestros cuerpos
son templos del Espíritu Santo y deberían ser tratados como tales. ¿Dejaría que
el templo de su iglesia se viera arruinado o alterado? ¡Claro que no! Si se
necesitaran reparaciones en su iglesia, usted renovaría su iglesia para que sea
un faro brillante del amor de Cristo en su comunidad. ¿No deberíamos entonces
tratar nuestros cuerpos de la misma manera y renovarlos constantemente para que
sean capaces de cumplir el propósito de Dios para nuestras vidas? ¿De qué maneras
necesita renovar su cuerpo? La renovación puede verse diferente en cada uno.
Para algunos puede ser necesario más ejercicio o una mejor dieta. Podría ser la
necesidad de sanación física. Para otros, podría ser permitir que Dios los
renueve de un antiguo pecado sexual, culpa depresión. Otros necesitan ser liberados de la falta del perdón.
Encuentre dónde necesita renovación para su cuerpo y permita que Dios obre
sanidad en su vida.